lunes, 19 de noviembre de 2012

Bangkok.

De Paksé a Bangkok.

La forma de llegar a Bangkok ya hacía varios días que la teníamos decidida. Lo natural hubiera sido volar directamente desde Paksé con Air Laos pero el precio del billete es demasiado caro, el doble que volando  desde Ubon Ratachani ( en Thailandia, a 100 kms de Paksé)  con Thai Airlines por lo que decidimos ir en autobús de de Paksé  a Ubon y volar desde allí a Bangkok. Ya teníamos el billete de avión desde días antes ( comprado por internet) y el día anterior habíamos comprado el billete de autobús en Green Discovery en Paksé. Así que a las 0830 salimos en autobús haciendo los últimos kilómetros por este país que nos recibió y trató tan bien y del que llevamos vivencias y momentos inolvidables. Llegamos a la aduana laosiana que pasamos bastante rápido ( en algún sitio había leído que cobraban un dolar por persona al salir pero lo cierto es que no cobraron nada) y después continuamos caminando unos metros hasta la aduana de Thailandia, moderna, rápida y eficaz como lo fué a la entrada y salida primeras. Ventanilla, cámara que te hace la foto, pasaporte y sello, todo rápido y sin pagar nada. Son una maravilla las aduanas de este país.

El Chao Praya. Bangkok.
De nuevo al autobús y cambio de decorado al otro lado de la frontera. Pronto te das cuenta de que no estás en Laos. Carreteras más cuidadas, bastante más tráfico y pueblos más grandes y modernos. Thailandia tiene un nivel de vida mucho más alto y desarrollado que Laos; por contra no tiene la tranquilidad del país que acabábamos de abandonar. Me tocó sentarme al lado de un joven Thailandés que venía de Laos de hacer unas gestiones para la empresa de maquinaria agrícola en la que trabajaba y fuimos charlando muy animadamente sobre las costumbres de uno y otro país y también sobre el nivel de vida tan distinto de ambos; también sobre su familia, sobre el budismo, sobre los gobiernos. Casi sin darnos cuenta llegamos a Ubon Ratachani, que es una población grande y desde la estación de autobuses pedimos a un tuk-tuk que nos llevara a un restaurante en la ciudad que no estuviera lejos de la ruta que luego deberíamos tomar para ir al aeropuerto. Aunque no entendía nada bien el inglés  comprendió lo esencial y nos dejó en un restaurante-pastelería con aspecto moderno, muy occidental, pues interpretó que queríamos algo así y aunque no era exactamente lo que le habíamos pedido resultó ser un buen sitio donde lo primero que hicimos fue tomar una cerveza bien fría y luego comimos y tomamos un postre que resultó estar muy bueno. Teníamos tiempo suficiente hasta la hora del vuelo y llegado el momento desde el restaurante nos avisaron un taxi y en pocos minutos llegamos al aeropuerto.

Como Bangkok es una ciudad enorme y la llegada sería ya entrada la tarde no queríamos  ponernos a buscar hotel en esas circunstancias por lo que teníamos reservada habitación en el New Siam II del que teníamos buenas referencias a través de varias fuentes. Nos fueron a recoger al aeropuerto y con las últimas luces del día recorrimos el trayecto desde el aeropuerto durante hora y media aproximadamente observando la gran ciudad que nos iba engullendo poco a poco. Amplias autopistas, cruces elevados y puentes, edificaciones por todas partes, más bajas primero, luego alternando con grandes rascacielos y al final ya nos adentramos en la parte antigua. El hotel está situado cerca de Kaosan Road en una calle tranquila, muy cerca del río y bien situado para moverse a visitar los lugares más interesantes.

Cuando llegamos al alojamiento ya empezaba a oscurecer y no entramos con buen pie pues al entregarnos las llaves de la habitación nos piden una fianza en baths ( a pesar que ya habíamos pagado las habitaciones al reservar por internet ) que nos pareció muy mal ya que no queríamos tener bhats justo en el momento de abandonar el país; tras una pequeña discusión acordamos dejar una fianza de 20 dolares que aún conservábamos y nos alojamos.







Creo que ya apunté antes, en otros comentarios, que no me gusta llegar de noche a los lugares y en este caso no fué  una excepción.

Kaosan Road


















Kaosan Road y la zona de los alrededores es la elegida principalmente, desde hace tiempo, por los mochileros por los bajos precios de los alojamientos y por su buena ubicación cercana al río y a los algunos de los sitios de interés de la ciudad. Al parecer ha ido sufriendo transformaciones en los últimos años y al lado de los alojamientos baratos surgen otros no tan baratos pero si más cómodos. Y Kaosan es la calle símbolo de todo esto; esta llena de bares, tiendas, alojamientos, centros de masajes, de tatuajes y siempre está muy animada y por ella desfilan muchos personajes pintorescos y es un lugar que requiere una visita cuando se viaja a Bangkok. Nosotros elegimos el alojamiento en esta zona, no por ser la zona de mochileros, sino porque esta bien situada y servía muy bien a nuestros propósitos para el poco tiempo que disponíamos para ver parte de la ciudad. En nuestra primera visita a esta calle, el día que llegamos, nos pareció fea, demasiado llena de gente, y hasta un poco hostil. Claro que era ya de noche y además veníamos de nuestra reciente discusión al alojarnos. Pero volvimos a visitarla dos veces más, una al día siguiente por la tarde y otra, por la mañana, ya sin tanta gente y pudimos descubrir el atractivo de la misma; los personajes, los colores, la profusión de anuncios y el encanto especial que transmite un lugar en que se mezclan mucho tipo de personas, razas y comercios. Aunque nuestra visita no fué exhaustiva en estas fotos podréis apreciar lo comentado.

Un paseo por Bangkok.

Después del desayuno empezamos nuestra visita a la ciudad acercándonos a la orilla del Charo Praya que es el río principal de de Bangkok. Es un río ancho y caudaloso por el que circulan grandes barcazas con mercancías y es también una vía muy importante para moverse por la ciudad muy utilizada por los habitantes y también por los visitantes ya que resulta muy rápido, cómodo y económico utilizar las barcas que circulan por el río cada pocos minutos a modo de autobús fluvial y que tiene paradas en ambas orillas en los puntos más interesantes. Esas barcas se llaman Chao Phraya Express Boat y recorren el río con varías líneas. En esta excelente página oficial se puede ver rutas, precios y horarios: http://www.chaophrayaexpressboat.com/en/home/index.asp

Como nuestro tiempo en la ciudad era bastante limitado nuestro plan del  día consistía en visitar el Wat Arum y el Wat Phra Kaew y Palacio Real ( estos dos últimos están juntos). Así que subimos en uno de los barcos que surcan el río y decidimos bajarnos en la parada del Wat Phra Kaew porque era la visita que nos llevaría más tiempo. Cuando íbamos en el barco una señora que nos vió consultar el plano nos preguntó que era lo que necesitábamos saber y nos informó  amablemente de lo que queríamos saber.
He de comentar que en varias ocasiones, caminado por la calle, cuando nos veían consultar un mapa, se dirigieron a nosotros para ayudarnos sin mediar petición por nuestra parte por lo que en este sentido debo señalar la amabilidad de los habitantes de Bangkok dispuesto siempre a facilitar las cosas a los viajeros.
Nada más bajarnos del barco nos encontramos con un animado mercado cerca del río y nos dirigimos a la entrada del templo y allí los soldados de guardia nos comentaron que no se abriría ese día al público hasta las 15,30 porque durante la mañana se estaban celebrando actos y visitas oficiales. Entonces un señor que salía del recinto y que debía trabajar en el Palacio Real ( esto lo dedujimos por la reverencia con la que lo trataban los soldados de la puerta ) nos preguntó cuales eran nuestros planes y nos propuso un recorrido por puntos interesantes de la ciudad para terminar un poco antes de las 15,30. Nos mencionó dos o tres lugares de interés y es más, se acercó a la acera y paró un tuk-tuk y negoció el recorrido y el precio para visitar los 3 ó 4 lugares y traernos de vuelta al mismo lugar donde estábamos: todo ello por un precio de 40 Baths, es decir un euro, un precio para thailandeses sin duda.. Quedamos encantados con la propuesta y la aceptamos.

























Nosotros ya teníamos referencia de que los tuk-tuk ofrecían a veces precios muy bajos para un recorrido y lo que hacían era dar un rodeo y llevarte a comercios en los que ellos tienen comisión por lo que lo mejor suele ser contratar un recorrido concreto o un taxi.
Nos subimos al tuk-tuk pensando que no podía ser del todo cierto eso de pagar 1 euro por tanto recorrido y empezamos nuestro recorrido:

Wat Thepthidaram

Construido por Rama III en 1836 y dedicado a su hija  tiene arquitectura thailandesa con muchos elementos y decoración china de gran valor. Es un templo pequeño, lleno de encanto y muy tranquilo ( estábamos  solos durante la visita). En él fue ordenado monje el gran poeta thailandés Sunthorn Phu ( equivalente a nuestro Cervantes, pinchando en  su nombre os llevará  a su biografía) ) y vivió también durante tres años después de caer en desgracia. Otro enlace para saber de este poeta: http://www.thailandlife.com/thai-culture/sunthon-phu.html .
O esta otra:  http://sakchaip.tripod.com/bookworm/sunthorn/sunthornphu3.html
También es un homenaje a las monjas budistas pues también existen mujeres monjas en el budismo aunque son realmente pocas y se dice que en Thailandia solo existe una porque esta tradición que se inició en la India fué habitual hace muchos años y luego fué decayendo sin que se sepa muy bien la causa. Lo cierto es que en este templo hay 52 estatuas de latón bañado en oro postradas ante un buda blanco. Estos pequeños rincones, casi escondidos, encierran mucha historia y se desprende un aura especial.














Wat Benchamaborht


Continuamos camino y nos dirigimos al  Wat Benchamaborht que también se le conoce como el templo de mármol ya que fué construido con mármol de Carrara; es un templo más moderno pero destcqa por su arquitectura y el entorno con un precioso jardín y las coloristas casas donde habitan los monjes. Seguimos viaje visitando otros lugares y en un momento dado el conductor nos propuso parar en un par de tiendas ya que así le hacíamos un favor porque con tres bonos le daban 5 litros de combustible gratis. Dado que el precio del trayecto iba a ser de 1 euro y ya llevábamos dos horas de excursión le dijimos que estábamos de acuerdo pero que nuestra parada sería testimonial a lo que accedió. De hecho hicimos dos paradas que nos sirvieron para refrescarnos con el aire acondicionado de los establecimientos; uno de ellos era una impresionante joyeria china con varias salas y hermosas piezas.

























                                 







                                                    What Phra Kaew

Después de tres horas de deambular por la ciudad nos devolvió al punto de partida junto al Wat Phraw Kaew y sólo nos quedaba comer para y a ver a continuación. Comimos bastante bién en un restaurante  cercano con una terraza con vistas a un animado mercado y cuando terminamos nos dirigimos al templo más emblemático de Bangkog y que uno no debe perderse.
La entrada es cara ( unos 11 euros) y dá derecho a ver el Wat y el Palacio Real que esta pegado. Para entrar las mujeres deben llevar los hombros cubiertos y no pueden llevar pantalones cortos y los hombres tampoco pueden llevar pantalones cortos. Esto es algo que yo ya había leído en su momento pero que no tuve en cuenta ese día y todos íbamos con pantalones cortos. Las chicas lo solucionaron con unos pañuelos grandes que suelen llevar pero yo no tuve más opción que alquilar un pantalón , pintoresco, de tela fina por el que cobran 100 baths y te devuelven 70 cuando lo entregas.

Enlaces para obtener más información :    http://en.wikipedia.org/wiki/Wat_Phra_Kaew

Este templo es el más sagrado del budismo en Thailandia, entre otras cosas, por en su interior está el famoso buda esmeralda que es una reproducción de buda de pequeñas dimensiones hecha en una sola pieza de esmeralda y que tuvo una vida viajera desde sus remotos y orígenes pues después de darla por perdida estuvo en Birmania, en Vientiene , en Luang Prabang y ahora aquí. El conjunto monumental es impresionante, de una riqueza y una grandiosidad deslumbrantes. No merece la pena describir cada edificio y cada estatua, eso queda para los expertos, sino sólo maravillarse, hasta donde se puede, con las fotos.

Tuvimos mala suerte ese día porque al cabo de poco tiempo ( menos de 1 hora) empezó a descargar una gran tormenta; que ya se adivinaba, y durante casi dos horas cayó un verdadero diluvio que obligó a todas las personas que estábamos visitando el lugar a guarecernos donde pudimos. Al cabo de ese tiempo paró y empezaron a salir los rayos del sol, pero el tiempo se nos había ido y ya sólo nos quedó recorrer el camino hasta la salida y prescindir del Palacio Real porque no teníamos tiempo. Por lo tanto las fotos que aquí podemos mostrar son sólo una parte del recinto y lamentablemente debe quedar pendiente el resto para una nueva visita a esa ciudad.
































Finalizada la visita regresamos al hotel para tomar después la última cena de este viaje en tierras de Asia.
A la mañana siguiente todavía tuvimos tiempo para dar un paseo por Kaosand Road. Por supuesto que esta visita, aprovechando que era el punto de partida de nuestro vuelo para regresar, no supone que conocemos la ciudad porque esta gran ciudad requiere por lo menos una semana para hacerse una idea de lo que ofrece y sólo por mencionar algunos de los lugares que no vimos podemos señalar, el barrio chino, el templo de Wat Arum y muchos otros. El taxi nos trasladó al aeropuerto a la hora convenida y el viaje de regreso se produjo con normalidad por lo que aquí termina el relato de este, para nosotros, apasionante viaje. A continuación  van unas consideraciones finales y cuestiones prácticas.

Resumen y cuestiones práticas:

Después de lo relatado en las diferentes etapas sólo podemos extraer la conclusión de que Laos es un destino tremendamente atractivo por la hospitalidad y amabilidad de sus gentes y por grandiosidad de su paisaje y el encanto de sus pueblos y ciudades. Si algo merece destacarse sobre todo es la gente. Es un país tranquilo, seguro, no existe agobio en ningún momento y no existe presión sobre los viajeros como suele suceder en otros lugares.
Lo único que podemos lamentar es no haber dispuesto de más tiempo para visitar otros lugares y  prolongar más la estancia en la mayoría de los que estuvimos. Es, por lo tanto, un paraíso para el viajero y esperemos que el brillante futuro como destino turístico que sin duda tiene no destruya el entorno ni afecte a la gran hospitalidad de sus gentes, aunque eso es bastante suponer.

Cuestiones prácticas:

Información: 
Como siempre, el viaje comienza con la preparación del mismo y la búsqueda de información para decidir cuando ir, cómo ir y que lugares visitar. Las fuentes son múltiples y en esto internet es básico por lo que utilizamos la información sobre el país que muchos viajero dejan en sus blogs de viajes. Hay  muchos, unos mejores que otros. Aquí sólo reseño el mejor el ya mencionado: http://eltaravitazo.com/
Aparte de internet otra fuente de información son las guías: en nuestro caso llevamos The Rouge guide of Laos, en inglés así como la guía DK de Laos y Camboya, en español y habíamos consultado, antes de salir, la conocida Lonely Planet de Laos.
Otra fuente fueron dos libros en español: El Palacio de Bambú, de Christopher Kremmer que relata los últimos años de la dinastía de Laos y Viaje al Mekong de Javier Nart que relata su viaje por Laos y Camboya siguiendo el Mekong.

Transporte:

Los vuelos directos a Laos no existen por lo que lo habitual es hacer escala en Bangkok o Hanoi. Para llegar a Bangkok se elige la compañia que interese en cada momento. Nosotros utilizamos en este caso Air France desde Madrid, con escala a la ida en Paris y a la vuelta en Amsterdam. Existían vuelos más baratos en otras compañías pero a costa de largas escalas. Desde Bangkok hay varios vuelos a Vientiane y Luang Prabang. Nosotros usamos Nok Air ( flilial de bajo coste de Thay Airlines) que nos llevó hasta Udon Tani y desde alli una minivan ( todo estaba incluido en el precio del billete) hasta Vientiane (30 kms en total ), parando previamente en las aduanas para hacer los trámites.
En Laos usamos Lao Airlines ( esta compañia es cara comparada con las thailandesas, estos vuelos costaron entre 80 y 100 euros por persona ) para dos vuelos internos: de Luang Prabang a Vientiane y de Vientiane a Savannaket.
Para regresar, lo hicimos por el sur, un autobús de Pakse a Ubon Ratchani (dos horas) y desde allí a Bangkog con Thay Airlines; hay vuelos directos de Pake a Bangkok con Tao Airlines pero mucho más caro.

Las carreteras en Laos son relativamente buenas salvo algunas zonas concretas y existen autobuses que cubren todos los trayectos: son lentos ( media de 50Kms por hora ) por las paradas que hacen y muy baratos. Otgra opción es la moto, muy práctica aunque limita el equipaje. El alquiler de coche es prohibitivo al no haber mas que dos agencias en Vientiane y menos aun en el resto. Para desplazamientos cortos es tuk-tuk es muy práctico, divertido y barato. Para trayectos largos existe la posibilidad de alquilar una minivan con conductor; cosa que hicimos para ir de Vientiane a Luang Prabang en dos días y para el recorrido de varios días por la meseta del Bolaven. No es barato pero siendo más de dos puede ser asequible y permite una libertad total ya que uno para donde y cuando quiere.
Una agencia muy recomendable para esto y para viajes y excursiones organizadas es Green Discovery:
http://www.greendiscoverylaos.com/

Alojamiento:
Dormir en Laos es barato aunque no por igual en todas partes. Nosotros utilizamos siempre alojamientos de tipo medio en las grandes ciudades o poblaciones y grandes y lo mejor posible en otros lugares más pequeños en lo que lo mejor no es muy caro. Podemos decir que  pagamos desde 6 euros por habitación doble ( en Muang Ngnoi  porque allí los precios son de ese orden ) hasta 30 euros los más caros. En unos el desayuno está incluido y en otros nó.  No detallamos aquí los alojamientos porque ya lo hicimos en los apartados correspondientes y porque existe gran variedad de precios en cada lugar de tal modo que todos los presupuesto pueden encontrar un lugar.

Comida:
La comida es barata y muy buena. En lugares populares se pude comer por un euro o dos por persona pero nosotros somos algo sibaritas y solemos elegir, siempre que es posible, los mejores sitios en cada lugar porque es un lujo que, dados los precios bajos, nos podemos permitir. No sólo se come arroz , como mucha gente pueda pensar, la cocina laosiana es variada, muy bien elaborada y muy rica.
En cuanto a la bebida ya hay más limitaciones pues lo más habitual es la cerveza Bear Lao, muy buena; tiene botellas pequeñas ( equivalente al medio nuestro) y otras, que son las que solíamos tomar, de 625 ml y el precio de estas oscilaba, según los sitios, entre 1 y 2 euros. El vino es caro aunque es posible encontrarlo en algunos lugares. Otros licores como wisky también se puede conseguir pero no es barato.




Final y despedida.
Todo esto que relato no sería así sin las sugerencias, fotos y comentarios de nuestra amiga Ana Gloria que es una de la protagonistas de este y otros viajes.
Esto es todo. Si alguien se toma la molestia de leerlo agradeceremos que dejéis vuestros comentarios y si alguien quiere plantear alguna cuestión pude hacerlo. Mucha salud y hasta el próximo relato.