miércoles, 14 de noviembre de 2012

Si Phan Don ( 4.000 Islas)

Dias 14 a 18 de Noviembre de 2012.

Don Khong.

La última etapa de nuestro viaje por Laos es que la ahora iniciamos  hacia Si Phan Don, cuya traducción literal es 4.000 islas y hace mención al gran número de islas que se forman en el Mekong en esta zona en la que llega a tener 14 kms. de ancho. Unas son permanentes y otras, en la época de lluvias, quedan cubiertas. Durante cinco días y cuatro noches estaremos por esta zona que al decir de todos los viajeros es la más tranquilas de Laos y un lugar en el que merece la pena relajarse y dejarse llevar por la calma circundante.

El autobús desde Paksé nos lleva hasta Ban Hat Xai Khoun (130 kms, dos horas y media) en la ruta 13 para cruzar desde allí el Mekong hasta Muang Khong población del lado este de la isla de Don Khong, la más grande de todas que tiene una longitud de 18 kms y una anchura, máxima, de 8 kms.

Viaje tranquilo y cruze rápido del río para llegar y buscar alojamiento. Tras ver varias alternativas y precios nos decidimos por Khongview Guesthouse, una bonita casa junto al río con unas vistas excelentes y buenas habitaciones. Desde la terraza de madera se ve el río y la orilla en tierra firma en la que hay enorme buda dorado en lo alto de una colina que domina la zona y donde, al parecer, rodaron escenas de una película de James Bond. Como era la hora de comer lo hicimos en uno de los muchos restaurantes que están a lo largo de la orilla del río.

Después llegó la hora de hacer lo que Ana Gloria estaba deseando hacer; lo que no habíamos hecho desde hacia muchos días, en concreto desde Van Vieng, es decir, alquilar una bicicleta para recorrer la isla. Como no teníamos muchas horas luz decidimos hacer el circuito sur de la isla que lleva de Muang Khong hasta la otra población importante de la isla, Muang Seng, haciendo la ida por la orilla de la isla y la vuelta por el interior siguiendo una ruta circular.
































Muang Khong es una población pequeña que se extiende principalmente en la orilla del Mekong a lo largo de una calle paralela al río en la que están situados la mayoría de alojamientos y de restaurantes aunque también un poco hacia el interior existen casas. El paseo era una delicia y pronto empezaron a desfilar ante nosotros campos de arroz en los que trabajaba la gente y otros pequeños poblados de los que salían los niños para saludar y para acompañarnos, con sus bicicletas, durante un rato. Por el camino paramos para hacer fotos, para hablar con los niños, para disfrutar de las vistas...de tal modo que cuando llegamos a Muang Seng empezaba a bajar el sol y aún nos quedaban más de ocho kilómetros para regresar a nuestro punto de partida por lo que a partir de ese momento tuvimos que iniciar el regreso a mayor velocidad para que no se echara la noche encima. Por suerte en la isla hay muy pocos vehículos de motor, son contados, y sólo nos cruzamos con algunas motos y bicicletas; cuando llegamos a Muang Khong ya sólo veíamos con la luz de las primeras farolas y las luces de las casas. Fué una bonita experiencia. Cena en el restaurante del hotel Pon Arena que fué estupenda.
Mañana cambiamos de isla.


Don Khon y Don Det.

Nos dió pena abandonar esta isla que tanto nos había gustado y que con toda seguridad merecía otros dos o tres días más para poder recorrerla bien pero habíamos decidido que los cuatro días siguientes los pasaríamos en las islas de Don Khon y Don Det ( Don, significa isla ) que son más pequeñas y son las más recomendadas por todos los viajeros. Para llegar a ellas teníamos que tomar un barco que nos llevó a Don Khon en una hora y media río abajo. El paseo en barco ya fué una experiencia maravillosa viendo el paisaje a ambos lados del río y el tráfico de pequeños barcos. Lo cierto es que la llegada a Don Khon es como llegar a un verdadero tesoro escondido en el río; a ambos lados del río las palmeras delimitan el paisaje y las casas construidas, en parte sobre pilotes, en la ribera forman un cuadro tropical precioso de tal modo que  uno puede imaginarse que está en cualquier lugar del trópico o del caribe.
Esperando la barca para Don Kon.


Como la mayoría de alojamientos están en la orilla del río fue fácil empezar a buscar; primero miramos en uno del que teníamos buenas referencias que estaba muy bien pero resultó ser demasiado caro así que continuamos y encontramos otro, muy cerca, con buenas vistas, mucho más barato aunque las habitaciones no eran lo mismo. Decidimos quedarnos esa noche allí y ya miraríamos sobre la marcha para cambiarnos. Cuando íbamos en busca de un restaurante para comer nos encontramos con una pareja de alemanes con los que habíamos coincidido en Tat Lo que ya estaban en la isla desde dos días antes y se habían alojado en Pan´s Place después de haber estado en el mismo que nosotros acabábamos de contratar para esa noche. Fuimos con ellos a ver el Pan´s Place , muy bien situado, al lado del muelle adonde llegan las embarcaciones, con unas vistas preciosas hacia el río y Don Det y mirando a la izquierda hacia el puente francés que une ambas islas. Nos mostraron su habitación que resultó ser una maravilla, con un porche con hamaca y pequeño jardincillo hasta la orilla del río. No lo pensamos dos veces, fuimos a ver si tenían habitaciones libres y las contratamos; a continuación fuimos al primer lugar para anular nuestra reserva y el dueño puso problemas de entrada pero le pagamos el precio de una habitación con lo que quedó más o menos satisfecho. Los que estábamos satisfechos éramos nosotros que teníamos una excelente habitación, más cara que la anterior, claro, pero notablemente mejor.


 Para posibles interesados hay que decir que para reservar hay que ir al Pan Restaurant que está muy cerca, girando en la primera calle (las calles en las islas son de tierra) a la derecha.


 Poco  después ya no pudimos frenar a Ana Gloria y tuvimos que ir a alquilar unas bicicletas para empezar a recorrer aquellas maravillosas islas. Cogimos uno de los caminos que se internaba en los campos de arroz y vimos como trabajaba la gente segando el arroz para desgranarlo posteriormente; algunas personas iban y venían, caminando o en bicicleta, otra cuidaba de unos búfalos de agua que se refrescaban en una charca; son muchas las escenas cotidianas que te enganchan . Este paseo no fué muy largo porque ya era hora de comer y lo hicimos en el Pan Restaurant, que, por las experiencias de los días pasados allí, es uno de los mejores en esta isla. Mientras comíamos vimos pasar a los niños que iban al colegio y casi todos llevaban cañas de bambú, unas más largas, otras más cortas y otras de varios grosores; no sabíamos a que se debía ese tráfico intenso de cañas de bambú pero lo averiguaríamos un poco después.




























El puente francés.












Cuando terminamos de comer las chicas decidieron descansar un poco y yó cogí de nuevo la bicicleta con la intención de seguir explorando la isla. Tomé la dirección de la calle principal, paralela al río, hacia abajo y al poco me encontré con la escuela y allí encontré la explicación al tráfico de bambú que habíamos visto antes; los alumnos estaban plantando flores y otras plantas en el terrero del colegio y utilizaban las cañas de bambú como tutores y para proteger las plantas. A continuación fuí en dirección al puente francés que une las dos islas ( Don Khon y Don Det) y paseé por debajo y giré a la izquierda y a los pocos metros me encontré con la locomotora prevista para circular por la vía férrea (ya inexistente) que se proyectó para salvar los rápidos del Mekong y poder transportar mercancías desde Camboya hacia Laos y Thailandia. Continué por los caminos de tierra que se internaban en los campos de arroz observando la vida tranquila de aquellos lugares. Cuando lo consideré oportuno regresé y tomé el camino que pasa por el puente cruzando a la otra isla (Don Det) y una vez allí giré a la derecha siguiendo un camino que sigue la orilla del río, hacia arriba. De nuevo campos de arroz a la izquierda y el río a la derecha. Después de avanzar un rato volví sobre mis pasos con intención de cruzar de nuevo el puente y regresar al hotel.

Como se caza una lagartija laosiana.


Cuando ya estaba cerca del puente francés para regresar a nuestra isla vi en la orilla del río varios niños que estaban pendientes de otro que maniobraba con una pequeña caña de bambú en unos arbustos; paré mi bicicleta y me puse a observar. Lo que estaban haciendo es cazar una lagartija laosiana para lo cual se han de seguir las siguientes reglas:
   






1) Se busca una palo fino y flexible, mejor si es de bambú.
2) Se le ata en el extremo una cuerda fina de plástico dejando un lazo al final.
3) Se localiza la lagartija; los arbustos de la orilla del río son un buen sitio pues las lagartijas  merodean por esos lugares en busca de insectos.
4) Con mucho tiento con el largo palo se intenta que la lagartija se introduzca en el lazo y en ese   momento se gira el palo y yá está: cazada.
5) Imprescindible mostrar el trofeo al público asistente. En este caso, además, hacerse  una foto mostrándolo.



El último paseo del día.












Añadir leyenda
Después de esta peculiar experiencia crucé el puente y me dirigí en dirección a nuestro hotel para ver que hacían las chicas. Por el camino me topé con los niños que salían del colegio y caminando, o en bicicleta, o en moto, se dirigían a sus casas. Fué en ese momento cuando las dos Anas, en sus bicicletas, me encontraron y juntos fuimos a ver la vieja locomotora y cruzamos de nuevo el puente a la otra isla y dimos un paseo por la carretera ( de tierra)  que continúa al puente y cruza toda la isla hasta el otro extremo en el que hay un viejo embarcadero de cemento destinado en su tiempo a traer y llevar la carga de los barcos que luego se llevaría en el tren hasta el otro extremo de Don Khon. En esa parte de la isla de Don Det hay un montón de alojamientos y muchos turistas o viajeros se instalan allí. Las vista son también muy hermosas pero no sabría decir que lugar me gusta más, cualquiera de ellos es un buen lugar; desde Don Khon, junto al puente, se tiene la ventaja de que estás en el punto medio de ambas islas y es muy fácil recorrer una y otra. Cuando regresamos, cruzando de nuevo el puente, ya estaban encendidas las luces de las casas y de las pocas farolas que había por allí. La noche se posaba dulcemente sobre las islas y sólo nos quedaba relajarnos hasta la hora de la cena.








Día 16 de Noviembre de 2012.



Amanece un día soleado, con algunas nubes que ponen pequeños brochazos de blanco sobre el azul intenso del cielo. La actividad en el río ya comenzó hace un buen rato y algunas barcas cruzan y suben y bajan llevando gente, o mercancías o simplemente buscando un sitio para pescar. Después de un buen desayuno alquilamos las bicicletas y vamos por la calle principal en dirección al puente francés para  ver los rápidos  Li Phin en los que el Mekong se desliza hacia abajo a través de muchos tramos entre las rocas. Esta muralla de roca que salva el Mekong es lo que impide que en este punto no sea navegable y la razón por la que se construyó el ferrocarril del hablamos un poco más arriba. Para poder visitar los rápidos y para pasar a la otra isla hay que pagar una entrada que venden en una caseta junto al puente aunque ayer conseguimos pasar sin que nadie nos cobrara.







































Primero vimos campos de arroz y en una desviación estaban señaladas las cascadas a 1,5 Kms. Al llegar te piden la entrada y tienes que dejar allí las bicicletas para continuar a pié. Después de cruzar un pequeño puente de bambú enseguida llegas a la orilla desde la que se puede contemplar el bonito espectáculo del Mekong deslizándose entre las rocas. El lugar es muy agradable y está bien cuidado y merece la pena pasar allí un rato. Volvimos sobre nuestros pasos en busca de las bicicletas pero antes tomamos algo en un bar justo a la entrada en el que había una camarera española que pensaba estar allí un mes más para sacar algo de dinero para seguir viaje.



























Enseguida llegamos al cruce y vimos una señal que indicaba "playa", allá nos fuimos y llegamos a un lugar, junto al río, con mucha arena y unas buenas vistas. El lugar es bonito y estábamos solos salvo un lugareño que atendía un bar vacío. Vuelta a la carretera, de tierra, principal y seguimos la ruta que nos llevaría al otro extremo de  Don Dhet pasando por zonas de bosque muy hermosas y por campos de arroz. En el otro extremo está el muelle de embarque que enlazaba con la vía férrea ( que ya no existe como comenté antes) y cruzaba toda la isla pasando por el puente y llegando al otro extremos de Don Det. El lugar es muy bonito y mirando al sur, a menos de 2 kilómetros de río, se veía Camboya; algunas lanchas salían para llevar a la gente a hacer kayak o a ver los delfines Iravady; bueno a verlos es un decir, porque lo más que se puede ver, con suerte, son las aletas de los mismos saliendo un poco sobre la superficie del agua. Como había un bar-resturante en la orilla bajo la sombra de unos grandes árboles nos relajamos un poco y tomamos unas Bear Lao. Nuestra intención era volver al punto de partida por otra ruta, bordeando la isla para dar la vuelta completa a la misma y aunque teníamos un plano rudimentario que nos dieron donde alquilamos las bicicletas no esta muy claro cúal era la ruta a seguir aunque sólo teníamos dos alternativas y elegimos la correcta, también la más larga y la que peor firme tenía porque en muchos tramos el camino era estrecho y con el suelo con piedras lo que hacía un poco más duro el pedaleo.
 (Aquí una foto del día más duro de la bici, cuándo no sabíamos muy bien adónde saldríamos, llegamos a unas cascadas bastante guapas pero que no apreciamos mucho por el cansancio que llevabamos ... con algo de pájara incluida...)



 Pero mereció la pena; pasamos un zona donde había muchas cañas de bambú, bastante grandes; más tarde llegamos a un lugar en el que nos desviamos a la derecha por el que llegamos a un pequeño brazo del río que bajaba por allí y cruzamos otro lado sobre un puente de lianas y bambú. Ya llevábamos varias horas de bicicleta y la hora de comer se acercaba; el sol también apretaba bién así que casi teníamos ganas de llegar para comer y descansar un poco pero aún nos quedaba un trecho que primero pasó por unos campos de arroz, siempre atractivos, y al poco llegamos a un templo que identificamos como muy próximo a nuestro destino. El templo está en medio de los campos de arroz y dos puertas abiertas permiten pasar del templo a los campos y viceversa; allí unos niños que iban al colegio, después de comer, se entretuvieron con nosotros; o más bien al contrario. Viendo esas puertas desde el templo hacia los campos me daba la impresión de que eran " las puertas del paraíso" ; espero que cuando veáis las fotos estéis de acuerdo. Allí también nos encontramos con unos niños que regresaban del colegio.

























Llegamos por fin, algo cansados, muy sudados, y pronto fuimos a comer, bastante más tarde que otros días,  en un restaurante junto a la orilla. Las chicas decidieron relajarse en el hotel mientras yo continué con la bicicleta para aprovechar el billete que nos servía durante el día y crucé de nuevo el puente para dirigirme a Don Det y llegar algo más lejos que el día anterior por el camino derecho,junto al río lo que me permitió ver una puesta de sol con unos cielos realmente magníficos. Pronto bajó el sol y tuve que regresar.




Día 17 de Noviembre de 2012.

Después del desayuno ya no podíamos frenar a Ana Gloria y tuvimos que ir a alquilar las bicicletas para iniciar un nuevo recorrido y lo primero que hicimos fué dirigirnos a la izquierda ( dirección en contra de la corriente del río) para adentrarnos por el camino que llevaba al templo donde situaba en el apartado anterior "las puertas del paraíso"; entramos por una de la puertas, cruzamos el recinto del templo, y salimos por la otra puerta que ya nos dejaba en los campos de arroz y a poca distancia vimos a varias mujeres cortando arroz. Nos entretuvimos un buen rato con ellas y Ana Olga y yo probamos a cortar arroz como ellas a lo que accedieron en medio de risas y bromas entre ellas. Tengo que decir que no se nos dió nada mal y la aquí vereis la prueba de ello. Como siempre en Laos, fueron muy amables y fué un rato delicioso; claro hacer esta labor solo unos minutos es una diversión para nosotros pero para aquella gente era un duro trabajo, bajo aquel sol que pegaba bien fuerte, al que dedicarían buena parte del día para conseguir su tesoro más preciado y base de su alimentación: el arroz.




























Después de ejercer de segadores decidimos regresar sobre nuestros pasos y pasar a la otra isla ( Don Det) para lo cual deberíamos cruzar el puente y  entonces intentaron cobrarnos una entrada como corresponde pero les mostramos las entradas del día anterior y les comentamos que nuestra intención no era ir a los rápidos sino cruzar a la otra isla para dar un paseo y comer en un restaurante del otro lado a lo cual accedieron sin problemas.







Por lo tanto cruzamos el puente y seguimos el camino que bordea el río, a la derecha, y pedaleamos haciendo paradas para ver las casas, los campos, los niños jugando y la vida tranquila de la isla. Cuando quisimos paramos a tomar una Bear Lao en uno de los varios bares-restaurantes que hay en la orilla y estuvimos un rato relajándonos descansando y viendo el lento flujo de las aguas del Mekong que discurría entre las islas. En ese bar un bebe tomaba su biberón en una cuna-columpio. No es fácil describir la placidez y las sensaciones de paz que se disfrutan en estas islas rodeados de gente sencilla y de un paisaje tropical muy hermoso.

Llegamos en nuestro paseo al extremo de esta pequeña isla donde está el antiguo embarcadero donde finalizaba la vía del tren y regresamos por el mismo camino y ya cerca del puente, como era la hora de comer, paramos en un restaurante asomado al río que, aparte de las mesas y sillas normales, tenía una plataforma con una especie alfombras sobre el suelo con una mesa al lado, en las uno podía tumbarse al mismo tiempo que tomaba algo o leía un libro o escuchaba música sintiendo al mismo tiempo el discurrir del río.


 Eso era el auténtico relax total y allí comimos bastante bien y estuvimos un buen rato hasta que decidimos marchar y pasar a nuestra isla,


cruzando de nuevo el puente, y seguir el camino que continúa al puente y adentrarnos de nuevo en medio de campos de arroz y bosquecillos. No fué muy largo este nuevo paseo y pronto regresamos a nuestro hotel para ducharnos y relajarnos ( otra vez, claro...estábamos de vacaciones ) en la hamaca de la terraza de nuestro hotel desde donde pudimos disfrutar de una hermosa puesta de sol y hasta de un arco iris en la distancia.
















Pronto bajó el sol y sólo quedaba descargar fotos, ponerse al día con el correo e ir a cenar. Mañana regresaríamos a Paksé.




Día 18 de Noviembre 2012.

Desde el día anterior habíamos comprado el billete de barca + autobús que nos llevaría a Paksé. Todavía tuvimos tiempo durante la mañana para relajarnos y hacer las últimas fotos de esta maravillosa isla. A la hora convenida la barca nos llevó río arriba durante más de una hora durante la que pudimos observar y disfrutar de nuevo de los paisajes y actividad del río y sus orillas. Además el cielo tenía esta mañana unas nubes espectaculares que lo hacían más atractivo todavía. Daba pena abandonar este lugar tan idílico en el que disfrutamos mucho en todos los sentidos. A pesar de que habíamos recorrido ambas islas exhaustivamente ( creo que quedaron pocos sitios por visitar ) apetecía quedarse mucho más tiempo para saborearlas mejor aún. Pero el tiempo va pasando y nuestra estancia en Laos va llegando a su fin. La barca nos dejó en tierra firme y desde allí nos subimos a un autobús que nos llevó a Paksé en poco tiempo pues iba a una buena velocidad. Llegamos a Paksé donde teníamos reservada habitación en el mismo hotel de las estancias anteriores (Hotel Paksé) y donde teníamos nuestras maletas pues a las islas habíamos llevado lo imprescindible para esos días. El resto del día ya fué contado en el apartado de Paksé y no tiene mayor historia. Comida, paseo, últimos masajes en Laos y buena cena de despedida en el ya mencionado restaurante La Terrace. Mañana rumbo a Bangkok, última parada del viaje.


























9 comentarios:

  1. Muy bonito, el viajar es una experiencia que llena el alma y los ojos y las tarjetas de imágenes, me ha gustado, un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Pepe Haro por tus comentarios. El viajes de Laos ya está ahora completo pos si tienes interés en ver todo lo que faltaba. También quiero decirte que me gusta mucho tu página y tus fotos y lo miro regularmente. Saludos.

      Eliminar
    2. Gracias Pepe; es cierto lo que dices... y una vez que entra ésta especie de virus en el cuerpo ya nunca se puede quitar... Un abrazo.

      Eliminar
  2. Magnifico blog, me quedaria corto en buenos calificativos.
    Habeis aprovechado el tiempo de una manera excepcional, es increible el rendimiento que le habeis sacado al pais en tan poco dias. Aun alucino con la cantidad de informacion que aportais, sobre lugares interesante, historia, hospedajes, rutas etc.
    Ayer me quede hasta las cuatro de la mañana leyendolo, la Reina de Java me dio el toque de queda y por ordenes supremas debi dejarlo. Hoy por fin lo he terminado para disgusto, pues la manera que tienes de narrar me engancha y me trae estupendos recuerdos.
    No sabeis el peso que me quitais de encima cuando acabo de comprobar que el pais os ha llegado no solo al alma sino tambien al corazon. En cierta manera me sentia responsable de que vuestro valioso tiempo vacacional lo dedicarais a un pais que insisti tanto en que visitarais.
    Solo una cosa me apena de vuestro viaje, no haberos acompañado aunque fuera solo a una BeerLao.
    Sobre el calor, deciros que se nota bastante en las fotos donde a Doña Callada le salen los colores y brillo a borbotones. Aun asi muy guapa igual que Ana Olga. Ella añade su punto al bolg, lo que le da un toque muy personal y divertido que hace que el lector disfrute aun mas.
    Sobre las fotografias, solo te dire una palabra "Maestro", te vale asi?.
    Gracias por tu reseña hacia mi blog y por tus piropos no merecidos por mi parte.
    Un abrazo, y muchos besos a los tres de parte de este viajero, amigo y admirador vuestro "el taravito".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antonio te agradezco mucho esas palabras. Tienen un valor extra porque tu blog es un ejemplo de lo que es un blog de viajes y este en ningún se puede comparar porque la corta experiencia de un viaje de un mes no tiene nada que ver con las vivencias que tu has disfrutado y narrado a lo largo de estos años que llevas viajando. Pronto podremos hablar tranquilamente de todo esto. Hasta entonces: un abrazo.

      Eliminar
  3. Hola Me ha gustado mucho el blog de hecho y con vuestro permiso voy a copiaros un poco el viaje a Laos Por cierto puestos a plagiar nos gustaria contratar al conductor Hop ¿Podriais decirnos como hicisteis contactar con el?Muchisimas gracias eulogiamg@yahoo.com

    ResponderEliminar
  4. Gracias por el comentario. Me alegro que te haya gustado y espero que te sea útil en tu viaje. Como sabes un mismo país se puede visitar de muchas formas distintas y esta es sólo una de ellas. Para contratar a Hop tienes que hacerlo en Paksé en la agencia de viajes Green Discovery que es una agencia laosiana que tiene oficinas en muchas partes del país. Nosotros la usamos dos veces en Paksé como sabes y el conductor fué Hop. Como ya sabéis nuestra opinión podéis pedir que sea ese el conductor. Yo mejor llevaría la foto porque la pronunciación Hop puede que no sea muy fiel y no aclaren. Un abrazo y suerte.

    ResponderEliminar
  5. 14, 2012, that the US leads, Britain, like, depending on your weight loss visit, how elusively beautiful it is a wonderful place to meet the best photographs. fat loss factor scam [url=http://fatlossfactor23.com]fat loss factor program review[/url] fat loss factor review fat loss factor guide It's conversion of turf to desert landscape. We're still -- we went to bed about her.

    ResponderEliminar