jueves, 25 de octubre de 2012

Vientiane

Puesta de sol sobtre el Mekong.


Puesto callejero.


Madrid-Paris-Bangkok-Udon Tani

En Paris el tiempo justo de tomar unas cervezas y un bocata, pues pensábamos que no nos iban a dar de comer en el avión y luego nos dieron a base de bien....
En Bangkok, cambio de aeropuerto. Cómo disponíamos de tiempo, cogimos el autobús que hay para ello, pero que atraviesa todo Bangkok y  parando a cada poco que, pensamos que igual no llegábamos.... por barrios de todo tipo y gente que sube y baja. Entretenido desde luego...
A Udon Tani llegamos en 1hr. en una especie de 'avioneta familiar', está en la frontera con Laos y muy cerca de Vientiane, dónde nos estaban esperando (entraba con el billete de avión), para pasar la
frontera, gestionar el visado y llevarnos al hotel, que era el único que llevábamos reservado.
Dejamos las cosas en el hotel y salimos a comer y con la idea de gestionar lo del coche hasta Luang Prabang.
Orilla del Mekong.


Fuimos hasta Patuxai, desde dónde hay unas vistas muy chulas de la ciudad. Vuelta al centro y paseo por la orilla del Mekong hasta la puesta de sol.Y, por supuesto, yá nos pedía el cuerpo un masaje, suavecito y aromático. (aromaterápico).

La ciudad imaginada y la ciudad real.

Orilla del Mekong.
Después de haber leído bastante sobre esta ciudad tenía en mente formada la idea de que era poco más que un pueblo, con dos calles asfaltadas y el resto de tierra y un ambiente pueblerino pero llena de encanto y tranquilidad. Nada más lejos de la realidad. Vientiane es un ciudad de un tamaño respetable, aunque pequeña por supuesto, de largas calles, todas ellas asfaltadas y el aspecto pueblerino y rural que le suponía no existe ya. En su lugar, al lado de los templos y los antiguos edificios coloniales, surgen nuevas construcciones, un tráfico, leve eso sí, de bastantes coches y motos (más proporción de coches sobre motos que en Hanoi, por ejemplo ) y una orilla del Mekong, que suponía poco menos que virgen, urbanizada en parte y urbanizando otra parte en el momento de nuestra visita, que me defraudó en cierto modo. No coincidía con la imagen que yo tenía grabada y esperaba.
También esperaba un Mekong lleno de actividad, de barcas yendo y viniendo y me encontré un Mekong lento y melancólico, no exento de belleza. Esta era la primera impresión, al poco de llegar. Los lugares a veces nos "reciben" indiferentes, a veces hostiles, y no te revelan su verdadero ser hasta pasado un tiempo, corto generalmente.

Sabaydee y calor.

Sabaydee ( pronunciado sabadiiii...) es el recibimiento; el saludo ( equivalente al hola nuestro pero que desprende un cariño y amabilidad sorprendente) que unido, muchas veces, a las manos juntas y a una inclinación de cabeza que escucharíamos miles de veces, al entrar en un sitio, al caminar por la calle, en todo momento y lugar...por todo tipo de personas. Tal es la amabilidad de los laosianos.

Ya en Bangkok, nada mas salir del aeropuerto, nos recibió un fuerte sopetón de calor.....Bueno quizás al subir hacia el Norte, en Vientiane, las temperaturas serán más suaves. No fue así, el mismo calor nos recibió en Vientiane. En algunas sombras se estaba bien y en algunos puntos corría algo de brisa, pero lo normal era empezar a sudar al salir a la calle...deberíamos convivir con ello.

Esto, y más de 24 horas sin dormir,  pudo influir en esas primeras impresiones sobre la ciudad.
Las chicas y el Patuxai.
La tarde dura poco, el sol pronto empieza a descender y la puesta de sol sobre el río dibuja bellas estampas, con algunos barqueros que cruzan o pescan, y nos empiezan a reconciliar con la imagen que teníamos.
Una buena cena en el Spirit House, a orillas del Mekong, acompañada de la excelente cerveza Beer Lao nos permiten ir a descansar con ganas de ver el amanecer en Laos.







Vista desde el Patuxai.
Patuxai
El día siguiente teníamos que dedicarlos a ver la forma de alquilar coche para nuestro viaje al sur del país, días después, y a ver la forma de llegar a Luang Prabang, parando en Vang Vieng una noche. La agencia de alquiler de coches, cási única en todo el país, es Europcar y no tendrá coches libres hasta el 8 de Noviembre porque los tienen todos alquilados porque en estos días se están celebrando en la ciudad unos importantes congresos en los que participan todos los países asiáticos y muchos del resto del mundo. El precio del aquiler es 150 dólares diarios, una barbaridad. En una agencia local conseguimos contratar una minivan, con conductor, para el viaje de dos días hasta Luang Prabang y quedaron en darnos un presupuesto para el alquiler de coche para el viaje al sur. días después, estando en Luang Prabang, recibiríamos el presupuesto del coche con conductor, única posibilidad, con un precio parecido al mencionado antes. Por lo tanto todos nuestros planes previstos para los días del sur se venían abajo y había que alterarlos. Pero eso llegará en su momento.
Monjes.
 Paseamos por la ciudad, fuimos al Patuxai, especie de arco del triunfo, hecho con el cemento que los americanos habían donado para hacer un aeropuerto.
Es un monumento prescindible aunque todo el mundo va allí por subir arriba y ver la ciudad aunque las vistas, para mi gusto, no son nada del otro mundo.

Caminado por las calles empezamos a ver algo  de Asia, el sabor de los puestos de comida, las motos superutilizadas ( con hasta 4 ó 5 pasajeros incluidos niños pequeños, monjes que se mueven de un templo a otro..etc..),
de  tal modo que la ciudad empezaba a mostrarnos su alma. La arquitectura de las tres calles paralelas al río muestran, en muchos casos, los restos de arquitectura colonial francesa de la época de la ocupación del país.
Nos esperaba una nueva puesta de sol a orillas del Mekong; los preparativos para la fiesta del 31 de Octubre estaban en marcha y el mercado instalado en la orilla estaba en efervescencia con multitud de puestos de comida, de juegos, de caballitos y otras atracciones.
Comprando chcuches.
 Tras un día de buenas caminatas merecíamos un buen masaje, cosa que hicimos. Es un placer y un descanso para el cuerpo y el espíritu dejar que unas manos pequeñas, pero expertas, recorran tu cuerpo eliminando las tensiones acumuladas, todo ello en un ambiente de penumbra y con música relajante. Mañana empezaremos el viaje hacia el norte pero volveremos a esta ciudad antes de ir hacia el sur.





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