viernes, 21 de octubre de 2016

BIRMANIA VII: Pyin Oo Lwin






Para cruzar en tren el histórico viaducto de Gokteik, de esos trayectos que tanto hablan, "uno de los placeres que no se debe perder ningún viajero amante de los viajes en tren, de la historia y naturaleza birmana".
Y ese fue el motivo que nos llevó hasta Pyin Oo Lwin, Maymyo en época de los británicos.

Está a 69 km. al este de Mandalay y a una altitud de 1070 m. fue originalmente el lugar de retiro estival de la colonia británica que huían del calor sofocante y la humedad del centro del país.




En 1896 cuándo se fundó, con el nombre de May-myo (significa la diudad de May), por el nombre del coronel May, de la 5ª infantería de Bengala.
Y hoy día sigue siendo una invitación para escapar del bullicio y el tráfico de la ciudad tanto para locales como extranjeros ya que incluso en la época de más calor, Pyin Oo Lwin es fresco y muy agradable e incluso frío en algunos meses del año.









 Para disfrutar de éste recorrido, los viajeros que parten desde Mandalay, suelen considerar varias opciones:
Viajar de Mandalay a Hsipaw en tren y viceversa (17 horas). Sale de Mandalay a las 4 de la mañana y aunque sea agradable el viaje en tren y ver el amanecer desde el mismo, es una opción poco factible y más si se dispone de poco tiempo o se prefiere distribuir en otras zonas.
El tren es un método de transporte poco eficaz en Myanmar, ya que se para muy a menudo y avanza lentamente.

Así que decidimos ir en coche y hacer noche en Pyin Oo Lwin.


De Mandalay a Pyin Oo Lwin (Piolín a partir de ahora que es como le llamábamos para acortar)

tardamos 1 hora y media escasa en un taxi compartido (7.000kyats/4 o 5 €)
Nos  recogió en el hotel y nos dijo que seríamos cuatro más el conductor, así que me subí delante para poder hacer fotos. Primero recogimos a una chica que una vez dentro se colocó la mascarilla y más adelante un señor.
El viaje fue como ir en coches de choque. Aquello era esquivar todo el rato. Los adelantamientos indistintamente por la derecha o por la izquierda. El freno cómo si no existiera (creo que sólo lo usó un par de veces, como mucho)

La carretera de Lashio es una ctra. de montaña muy concurrida pues es la principal que entra en China y se mueve mucho transporte de mercancía por carretera, así que el tráfico es lento y la carretera ascendente, como un puerto de montaña, por momentos y a tramos incluso sin asfaltar.
Al igual que el paisaje, cambiante según íbamos ascendiendo: más vegetación (pinos, robles, plantaciones de café, frutales o tierras de cultivo).












El taxista nos dejó en la puerta del hotel y después de dejar el equipaje, nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo e investigar lo del billete del tren, aunque nos dijeron que no hacía falta y que los billetes se adquirían sobre la marcha.




Los mapas turísticos, que no son a escala, a veces dan lugar a engaño con la distancia, con lo cual después de un buen rato caminando por caminos rurales ideales para pasear, pero que ya se nos estaba haciendo un tanto pesado y no dábamos con el destino, pensamos que había que hacer algo.








Con los pocos que nos encontramos no supieron aclararnos dónde nos encontrábamos en el mapa, pero sí nos dijeron que para el tren teníamos mas de 1 hora caminando, que si queríamos que nos llevaba en moto... a las dos¡¡¡

Y halaaaa¡¡¡ ahí fue dónde empezamos a pillarle el gusto a la moto.

En la estación solo abrían de 4 a 6
así que nos entretuvimos por el pueblo.




Mujeres y niños, lavando y bañándose en el riachuelo que al vernos, no dudaron en hacernos un 'posado'.

























El típico mercado, que se pueden encontrar frutas y verduras o la costurera haciendo arreglos o trajes.















Aprovechamos también para comer en un restaurante con vistas y buena pinta.
El centro de la ciudad es un batiburrillo de edificios nuevos con viejos. Hay hoteles y casas muy grandes, coloniales británicas, con jardines.... e iglesias cristianas, la más antigua la de todos los Santos, de 1912.










Cuándo al final nos acercamos a la estación, efectivamente no nos vendieron los billetes, pero nos apuntaron nombre y apellidos en una lista y en el tipo de vagón que queríamos.
















Un poco de relax en el hotel y de nuevo en moto taxi para ir a los jardines de Kandwgyi, fundados por Alex Roger, un oficial británico en 1915, es uno de los atractivos de esta zona junto con las cascadas.





























El enorme jardín es un lugar de recreo y picnic popular para los lugareños.













 Tiene multitud de plantas, un jardín de orquídeas de diferentes especies, otro de dalias y otro de rosas, frutas exóticas y árboles.


Flores y plantas que nunca había visto.
 Cuenta además, con tres museos:
de fósiles
el museo del bosque petrificado y
el museo de mariposas, así como
aves exóticas.

Hay una torre de reloj a la que se puede subir y que ofrece unas vistas muy bonitas sobre Piolin y las colinas Shan.











 Cisnes negros nadan plácidamente en las aguas del lago.

                                          Nos quedamos allí hasta que anocheció






Hotel. Royal Park  View (55 $)

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