miércoles, 19 de octubre de 2016

BIRMANIA V: U-Bein, Amarapura, Sagain, Inwa





Los viajes que hacemos en taxi para movernos por la ciudad, los aprovechamos también para 'gestionar' otros desplazamientos, como por ejemplo para ir a los alrededores de Mandalay: los auténticos tesoros: Amarapura, Sagaing, Inwa, Mingún....


Y habíamos quedado con el taxista a las 8,30 a.m. pero siempre ante la duda del idioma, lo confirmamos con alguien con el que nos entendemos mejor, en éste caso el de recepción del hotel, que a pesar de decirnos el nombre, le bautizamos con el de 'Tady', pues con el thirty no coincidíamos en la pronunciación..




El precio del taxi para todo el día 45.000 (32€)




Así que a las 8,30, salimos según lo previsto y
La primera parada y sin haberle dicho nada, nos llevó a un taller de esos que trabajan el pan de oro, luego quedaba la seda, las figuras que tallan en piedra, mármol, tapices, etc...(nos dijo),  pero le dimos el alto y que no, que si nos sobraba tiempo ya iríamos de talleres., que preferíamos tirar para Sagaing, nos quedaba mucho por ver y a ver si nos daba tiempo, no fuésemos luego con la lengua fuera.













Amarapura el primer sitio que nos encontramos (a 11km. de Mandalay). pensábamos verlo a la vuelta, por la puesta de sol sobre el puente de U-Bein, pero no pude reprimir decirle al conductor que parase, cuándo pasábamos tan cerca del puente. A esas horas tempranas (aunque el amanecer debe ser espléndido) ningún turista, ningún extranjero sospechoso con cámara,... Y es que he visto tantas fotos de ese puente que es cómo tantos sitios que tienes mitificados.... y aunque fue un espacio de tiempo muy corto (Ana ni siquiera se bajó del coche), pero disfruté mucho de ese momento.



No era la mejor luz para las fotos, pero había algo o quizás era esa sensación de estar viviendo aquello para mí sola. Desde dónde estaba,  se veía el puente a la derecha con  tránsito de gente (monjes y lugareños de un lugar a otro del puente),y en el lago una bandada de patos que parecían llevar una misión encomendada, siguiendo una orden o quizás obedecían al barquero de la orilla.
Luego esperé que se acercara la barca pues a contraluz no veía ni quién era.
Era una mujer... y es que en Myanmar una falda puede ser la vestimenta tanto de hombre o mujer.







Me hubiera quedado allí unas horas, pero eso me pasa en tantos sitios¡¡
Además íbamos a parar a la vuelta, de todos modos no podía cesar de disparar.



Entre la tranquilidad del sitio dónde me encontraba, el silencio reinante,...  en contraste con la vida que había en torno al puente y que desde allí me servía para contemplarlo todo, en absoluta soledad, era cómo un imán que me impedía alejarme de allí.


Nadie me molestaba y yo no molestaba a nadie: el mejor lugar para un fotógrafo voyeur.. jeje











A un lado del puente está Amarapura y al otro lado del lago hay una población y una pagoda, de ahí la multitud de gente y monjes que cruzan a diario.

Pero el tiempo apremiaba, más que nada porque me estaban esperando, así que volví al coche, y enseguida llegamos al monasterio, dónde lo primero que nos llamó la atención es el amplio parking, lleno de coches y autobuses.
Sospechamos que allí había mucho guiri... (No nos confundimos¡¡)














 Cada día puntuales a las 10:30 en el monasterio Mahar Gandar Yone, uno de los más importantes y grandes del país, con más de 2.600 monjes y monjas budistas, se ponen en una larga fila para recoger la ofrenda del almuerzo.
Los monjes avanzan lentamente, en silencio y con el gesto serio hasta la entrada de la cocina del templo.


Una actividad, la nuestra, un tanto intrusiva ya que de tan famoso que se ha hecho, está repleto de turistas inmortalizando el momento en el que los monjes van hacia el comedor.

Y sobre todo, por la distancia, no hay una barrera que separe, están rodeados de turistas que casi les rozan, y porque la mayoría no se conforma con un par de fotos, hay que hacer un millón, aunque todas sean iguales.

Siendo yo como soy, pesada con las fotos, cuando se trata de la gente, me siento casi avergonzada de aquella situación y sobre todo por la proximidad.

Espero que hayan encontrado una solución; no me quiero imaginar en éstos 3 años que han pasado... con lo que aumentó el tema de selfies, móviles, etc....
Hay unas reglas que no hace falta marcar y la distancia es una de ellas, pero cuándo el sentido común falla, hay que establecerlas.





Es distinto hacer las fotos a una distancia considerable y soy la primera que me encanta las fotos de calle, pero procuro disimular o pasar  inadvertida.

Y si me descubren, solicito permiso y si no les gusta o manifiestan incomodidad, desisto.












Se ha convertido en una de las actividades más turísticas de la zona y es curioso ver el contraste entre la fila solemne de monjes rodeados por un montón de turistas que les fotografían.










 Más allá de ver la fila, yo recomiendo dar una una vuelta por el monasterio. Se ven las casas comunales donde viven los monjes, así como los lavaderos y tendederos donde cuelgan las sanghas (o túnicas budistas).






Sagaing es una gran colina tranquila, con poco turismo y con algunos templos interesantes, muchos de los que habíamos visto al llegar a Mandalay, por el río Irawadi. Es por lo que yo insistía al conductor para que nos llevase a otras zonas que no son las turísticas, los campos de labranza, esos que también veíamos en las orillas cuándo estábamos llegando; pero no hubo manera.
Les cuesta mucho entender lo que no es habitual y eso seguramente que nunca se lo habían pedido.
Era yo la que le guiaba a la orilla del río y al final dimos la vuelta sin encontrar nada interesante.

Decía que al día siguiente podíamos intentarlo,.. en fin no se si no entendía o se hacía que no entendía. (al día siguiente teníamos otros planes).
Sagaing está situada en la orilla suroeste de Mandalay, a 20km del centro y a 7 km del puente U Bein.
Fue capital de un reino independiente en 1315 tras la caída de la maravillosa Bagan.
Con la llegada de los británicos, la orilla este, dónde está Mandalay, cobró mayor importancia e incluso tuvo el privilegio de pasear por sus calles al escritor George Orwell.





Para acceder a los templos hay varias entradas, pero la principal es la que está en la misma carretera que se dirige hacia Mingun Paya
Nada más dejar la entrada, cientos de escalones y alguna parada intermedia, en la que encontramos monjes rezando y alguna que otra escuela o templo de monjes.



 Colina arriba hasta llegar a una pagoda que es como un pasillo lleno de budas, el 'Templo de los mil budas', con una sala esculpida en la piedra donde descansan decenas de figuras doradas de buda situadas en fila, creando un efecto visual impresionante.; por el pasillo hay pequeñas placas con el nombre de las personas que han hecho donaciones, incluidos españoles.. (detalle que ya comprobamos en otros lugares más de Myanmar). Justo al final de la subida aparece la Pagoda Soon U Punya Shin, con unas vistas increíbles al resto de las colinas y a Mandalay.





Para llegar a Inwa (también conocida como Ava), el conductor nos llevó a un embarcadero y nos dijo que teníamos que comer en el restaurante que había allí, ya que una vez en Inwa no habría nada. Accedimos a entrar en el restaurante (cutrecillo) y poco después vimos que todos los conductores hacían lo mismo con el resto de turistas.
El restaurante de lo peor que probamos en Myanmar y bajo una higiene cuestionable.









Se pagan 800 kyats por persona para ir y volver en un barco que hace el trayecto en 2 minutos.
Una vez salimos del embarcadero en Inwa, decenas de coches de caballos estaban esperando a los turistas para hacer la ruta de turno.






Empiezan pidiendo 10.000 kyats y a medida que seguimos andando bajan a 5.000.; que, aunque la idea era la de ir caminando tranquilamente, nos vimos casi obligadas a cambiar por las circunstancias: Una el calor, que a esa hora aprieta y bien¡¡¡ y otra la cantidad de carruajes y turistas que había. Un no parar., así que si no puedes con tu enemigo, lo mejor es unirte a él ¡ ;)





 El viaje en el carruaje nada que ver con lo de Bagan, los caminos son mucho peores y el traqueteo bastante incómodo y con mucho tráfico.
A eso hay que sumar que en la primera pagoda, nos piden el impuesto o peaje para verlas, (10.000 kyats¡).
Así que procuramos evitar el barullo, parando en los sitios que no veíamos gente, tomando algún zumo y así fuimos bajando un poco el nivel de guiri que nos había subido al máximo.
Y es que no habíamos visto ni sentido el tema turístico en todo el viaje hasta aquí.







Y quizás sea debido a ese factor que no nos 'encandiló' demasiado ésta ciudad y siento no haber hecho lo que pensábamos en un principio, porque luego veíamos caminos por los que podríamos haber ido a solas y por dónde no van los carruajes.
 Así que recomiendo huir del embarcadero y de la plaga de carruajes y perderse por esos caminos a la búsqueda de las pagodas por cuenta propia.


De vuelta otra vez en Amarapura.
El conductor nos señaló el sitio dónde nos esperaría, pues ya se veía que el tráfico de coches aparcados había aumentado considerablemente y aún quedaban una hora por lo menos para la puesta de sol.
Nos dirigimos al mismo lugar que había estado ésta mañana, pero había que cruzar el puente, sentir ese puente bajo los pies y rozarnos con la multitud de gente que lo llenaba. Así nos encontramos con vendedores ambulantes, muchos monjes, parejas que no paran de hacerse fotos, selfies y también  novios para hacerse los books vestidos para la ocasión. 






Es el puente de teka más largo del mundo, construido en 1849, de una longitud de 1,2 km y que atraviesa el lago Taungthaman, construido sobre los más de 1000 pilares de teka,aunque algunos han sido sustituidos por bloques de hormigón por la erosión del agua.


Dichos pilares proceden de material desechado del palacio real de Inwa, que visitamos ésta mañana y templos de Amarapura cuando el rey Mindon decidió trasladar la capital a la ciudad de Mandalay (años 1849 a 1851).
Esos materiales fueron trasladados en elefante y sirvieron para construir el puente U-Bein, el palacio de Mandalay y también las vías del tren birmano




Aunque para los viajeros el puente es una preciosa postal y un magnífico recuerdo de Myanmar, a día de hoy sigue siendo la forma más rápida de cruzar de un lado a otro del lago Taungthaman, por ello el tránsito de gente es incesante.









Tiene forma curva en su parte central, su misión es hacer más resistente al puente frente a la fuerza del agua y del viento.










Es abundante en peces, por lo que es muy frecuente la presencia de pescadores, ya sea sentados en el puente, en pequeñas barcazas de madera por el lago o directamente con el agua al cuello pescando literalmente dentro del lago






Sin lugar a duda recomiendo recorrer los 1200 metros del puente caminando y disfrutando del bello paisaje.
La mayor parte del recorrido del puente carece de barandilla y por ello conviene extremar la precaución.







Para hacer un alto en el camino existen 5 puntos cubiertos, a modo de pequeñas casetas de madera, con pequeños bancos donde sentarse.
En estos lugares suele haber vendedores ambulantes con bebidas frías guardadas en neveras de plástico llenas de hielo y también souvenirs, al igual que unas escaleras antes de llegar al final en la orilla del lago, dónde hay un chiringuito con sillas y mesas, que es dónde decidimos nosotras disfrutar del espectáculo, con unas cervezas bien frías.
 Myanmar es un país de clima tropical, esto significa que existen 2 estaciones; la estación seca y la estación de lluvias (monzón).
Durante la estación seca el caudal de agua del lago Taungthaman es bajo y el puente U-Bein no luce tanto como durante la época de lluvias (meses de verano).
La época más concurrida del año son los meses de Julio y Agosto, coincidiendo con el máximo nivel de agua.





Aunque los mejores meses para la visita son Septiembre y Octubre, para así asegurarse un nivel abundante de agua y poca probabilidad de que llueva.









La mejor hora para visitar el puente U-Bein (dicen) es por la tarde, donde se pueden aprovechar las horas de luz para pasear de orilla a orilla y tras ello, ver la puesta de sol sobre el puente (alrededor de las 17:00).... aunque  yo disfruté mucho de las primeras horas de la mañana.

También se puede ver desde otra perspectiva: coger un barco de madera y pasear por el lago.
Se contrata en las orillas del puente y el precio oscila entre 5.000 y 10.000 kyats (dependiendo del nr de personas aprox. 5€)









Y  el mágico ambiente de la mañana, volvió con las últimas luces....
..... y ya casi de noche, con pena,  regresamos a Mandalay.





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