jueves, 31 de julio de 2014

GRAND CANYON

De  Las Vegas a Tusayan (Grand Canyon) por la ruta-66







Salimos del hotel temprano para poder hacer hoy la primera visita al Grand Canyon, teniendo en cuenta que queríamos aprovechar una buena parte de la ruta-66 motivo por el cual no disfrutamos todo lo que queríamos de esa carretera tan mítica, pero que aún así, aprovechamos para parar en algunos pueblos: Valle, Kingman y Seligman.


En los alrededores de las Vegas está el Red Rock Canyon, unos 30km al oeste de The Strip, que no visitamos.

The Valley of Fire, un parque a 90 km. de las Vegas














Lo que sí vimos, de pasada, porque nos quedaba de camino fue el lago Mead (176 km), lago Mohave (107 km) y muchos km. de desierto..



La presa Hoover, entre Arizona y Nevada, famosa entre otras cosas por la película de Superman (una de las de Christopher Reeve).
A escasos 50 km de Las Vegas, justo en el límite de los estados de Nevada y Arizona, encontramos la que es una de las grandes obras de ingeniería del siglo XX, la presa Hoover, cuyas dimensiones siguen sorprendiéndonos hoy en día.



Su construcción, para evitar los continuos desbordamientos del río Colorado, duró 5 años, finalizando en 1936. En la actualidad abastece de energía a tres estados, siendo, con sus 221 m. de altura, la segunda más grande de EE.UU.







 La histórica Ruta-66 también llamada 'The Main Street of América' (la calle principal de América), la ''carretera madre'' llamada así por el novelista John Steinbeck es quizá la carretera más famosa del mundo.
Conectó por primera vez Chicago con las oscilantes palmeras de Los Ángeles en 1926.



A lo largo de casi 4.000km y ocho estados, La Route 66 atraviesa Estados Unidos desde Chicago hasta Santa Mónica (en el condado de Los Ángeles).




La Ruta-66  no cuajó hasta la Gran Depresión, cuando los granjeros huyeron por ella de la Dust Bowl (cuenco de polvo) por las Grandes Llanuras. Luego, durante el baby boom posterior a la II Guerra Mundial, la prosperidad animó a muchos norteamericanos a lanzarse a la carretera y disfrutarla.
 Pero, pasados los años, empezó a perder su atractivo.







El reluciente asfalto de una nueva red interestatal se vertió sobre tramos de la Ruta 66 y dejó al margen restaurantes familiares, heladerías, drugstores y talleres mecánicos.


Los pueblos con estaciones ferroviarias cayeron en el olvido y los apeaderos se llenaron de polvo.
Incluso desparecieron ciudades enteras.







 En los locales que entramos, tanto los que sirven comidas o bebidas, como los de souvenirs, son un espectáculo.
Algunos tienen animales disecados









Otros cubierta la barra, el techo y las paredes con billetes de $





Para cuando en 1984 la ''carretera madre'' fue dada de baja oficialmente, ya había asociaciones de defensores. Hoy aún se puede disfrutar de pistas de grava y vías secundarias que atraviesan las entrañas de EE.UU.
Es como un bucle del tiempo que concecta lugares donde la década de 1950 parece cosa de ayer mismo.





Sus reajustes históricos, caminos sin salida que acaban en campos de labranza, zonas desérticas llenas de plantas rodadoras y las duras condiciones del asfalto plagado de baches son de lo más habitual.
Así que perderse de vez en cuando prácticamente es inevitable.












Pero no hay que preocuparse, pues lo que ofrece la ruta es muy valioso: un salto en el tiempo para ver lo que en su día fue, y a veces sigue siendo, América.
Sin lugar a duda, la nostalgia jamás tuvo un sabor más dulce.



Este pequeño pueblo de apenas una calle y 500 habitantes está viviendo una segunda época dorada desde que uno de los vecinos más ilustres (Angel Delgadillo), impulsó la creación de la Historic Route 66 Association of Arizona, convirtiendo a la colorida localidad de Seligman en una parada obligatoria de la famosa ruta.







Hoy en día, Seligman, cuenta con gran cantidad de bares y tiendas de souvenirs, donde encontrar cientos de artículos relacionados con la que se llama la calle principal de América.





Dicen los entendidos que cuando se viaja hay que disfrutar del recorrido en sí, no solo del destino. Un consejo facilísimo de seguir en Arizona. Claro que aqui están el Gran Cañon, el Monument Valley, las rocas rojas de Sedona y el Chiricahua National Monument. Pero lo que da vida al recorrido son las carreteras que unen estos lugares emblemáticos. 




En tiempos de la Gran Depresión, la Ruta 66 fue la carretera por la que los trabajadores emigraban hacia el Oeste.  En el extremo septentrional, Flagstaff, es una fría ciudad de montaña donde los oriundos buscan consuelo del abrasador calor estival y los visitantes, diversión en los cercanos picos de San Francisco







La joya de Arizona, El Gran Cañón, se extiende por todo el borde norte del estado. Esculpido durante años por el mítico río Colorado, el agujero más grande  de la tierra atrae a visitantes de todo el mundo










Al describir el Gran Cañón la gente se siente aturdida; basta con asomarse al margen para entender por qué. El cañón conquista en el primer momento por su gran inmensidad; es un cuadro que muestra la historia de la Tierra capa a capa de forma espectacular.
Por su cuenca fluye el río Colorado como una serpiente a lo largo de unos 445 km; lleva socavando el cañón unos seis millones de años y sacando a la luz rocas de más de dos mil millones de años: la mitad de la edad de la Tierra.





La primera imagen que tuvimos del gran Cañón fue ésta que se ve a la izda. con una ardilla en una piedra y muchas más saltando por doquier.

Es de los pocos sitios o casi el único, que recuerde, que no hay fotografía que le haga  realmente el honor a éste lugar. Siempre es más espectacular que cualquiera de las imágenes que haya visto.






Los dos bordes o riberas del Gran Cañón suponen experiencias muy distintas: distan más de 320 km por carretera y rara vez se visitan ambos en un mismo viaje. La mayoría opta por el borde sur por su fácil acceso, su oferta de servicios y sus impresionantes vistas. El borde norte, más tranquilo, tiene sus propios encantos (con 2.500 m. de altura, 305 m. más que el sur), sus temperaturas más frescas mantienen praderas de flores silvestres y más árboles.

La zona más urbanizada del parque es Grand Canyon village, 9,5km al norte de la South Rim Entrance Station. La única entrada al borde norte queda 48 km al sur de Jacob Lake, en la Hwy 67. La distancia entre el borde norte y el sur es de 350 km en automóvil, 33,6 km a pie y 16 km volando como los cóndores.


 
Nosotros accedimos por el BORDE SUR y nos alojamos en Tusayan.



La excursión por éste borde es la favorita de los visitantes; hay varias opciones para todos los niveles de destreza. El Rim Trail es el paseo más popular y sencillo del parque. Se interna y vuelve a surgir en el Kaibab National Forest para conectar una serie de lugares históricos y puntos de gran belleza durante 19 km.

       

Algunos tramos están asfaltados y a los miradores siempre llega alguno de los tres autobuses del parque.
La Trail Of Time es una exposición a lo largo del Rim Trail al oeste de la Yavapai Observation Station. Cada metro del sendero representa un millón de años de historia geológica, ejemplificado con paneles y otros elementos.







El Desert View Trail comienza al este de Grand Canyon Village y sigue el borde del cañón a lo largo de 41 km hasta Desert View, la entrada oriental del parque.
Parando en la cuneta se pueden ver vistas magníficas, siempre con señales en las que se explican las características del cañón.




El recorrido más popular es el hermoso Bright Angel trail, la empinada y pintoresca bajada al río Colorado, de casi 13 km. El calor en verano puede ser atroz.








El South Kaibab es uno de los senderos más bonitos del parque, con su combinación de impresionantes paisajes y vistas panorámicas de 360º a cada paso. Empinado y abrupto, las ascensiones en verano pueden resultar peligrosas; en esta estación los guardabosque solo recomiendan las rutas más cortas (si no, hay que enfrentarse a una extenuante caminata de 9,6 km. ida y vuelta).
Tal vez la de Cedar Ridge se trate de la excursión de día más bonita del parque.




Llegamos sobre las 2 de la tarde a Tusayan, el pueblo dónde nos alojamos, muy cercano al Gran Cañon.
Dejamos las cosas en el hotel, el Red Feather Lodge, sencillo pero limpio, amplio y en el centro del pueblo. Con una ansiedad enorme nos largamos hacia el Parque Nacional. A la entrada no tardamos ni 3 minutos y para el primer vistazo unos 10 minutos.
De vértigo total¡¡
Nos entretuvimos demasiado en el primer punto. 'mather point', que encima estaba petáo de ardillas...

Después de la primera impresión y ya decidido lo que íbamos a hacer: nos dispusimos primera a hacer la ruta azul a pie, para enlazar luego con la roja y pillar el autobús, pero las tormentas que llevaban cayendo por otros sitios y que veíamos a lo lejos, terminaron por llegar a la zona dónde nos encontrábamos. Así que nos atechamos en un refugio que hay a la mitad y cuando paró un poco seguimos todo el trayecto solos y lloviznando, ya que la mayoría se cobijaban en el centro de interpretación o en las paradas del autobús.

Tuvimos que cambiar los planes sobre la marcha, pues la ruta siguiente que queríamos hacer estaba interrumpida por la tormenta. No paraba de tronar y relampaguear, así que entre que estábamos mojados y casi con hambre, decidimos ir al hotel, ducharnos y cenar.
Llegamos justos para coger el autobús que nos enlazaba con el otro pero al llegar dijeron que estaba cortada esa ruta por la tormenta y no sabían cuanto tiempo estaría así..dependía del temporal.. es que no paraba de tronar y relampaguear.. nuestra intención era de hacer algo a pie..pero entre que estábamos mojados y tal decidimos pillar el bus hasta el coche ...pero nada.. seguía lloviendo..decidimos irnos al hotel.. ducharnos y cenar.. al salir vimos que la tormenta había cesado y que incluso lucia algún rayito.. arrancamos y ya Íbamos viendo que la cosa era muy rápida..


Así que decidimos que habría que madrugar, para ver el amanecer....























El escenario protagonista de muchísimas películas, anuncios de publicidad y postales. El gran Cañón del Colorado, sigue siendo uno de los regalos más grandes que nos ha hecho la naturaleza.










El amanecer siempre es bonito, hay una luz especial y aquí, el Gran Cañón se vuelve más rojo con el sol enfocando directamente a las rocas:
un espectáculo digno de ver.



















Una catástrofe puede ocurrir incluso en una belleza espectacular.
Cuando los logros tecnológicos y las acciones humanas fallan, pueden ocurrir desastres.
El 30 de junio de 1956, United Airlines DC-7 y TWA Super Constellation maniobraron entre cúmulos, en un día despejado, los 128 pasajeros y la tripulación perecieron cuando los aviones colisionaron a una altitud de 21,000 pies (6.400 m.) sobre Temple y Chuar buttes.



 Los pasajeros incluyeron gente de negocios prominente y familias. Todos los pasajeros habían amado a los que los esperaban, aunque su viaje terminó inesperadamente.
El desastre del Gran Cañón ''sacudió el mundo de la aviación''.
Fue el accidente más letal en la historia de la aviación comercial estadounidense en ese momento.

En unos pocos años, el Congreso de los EE.UU creó la Administración Federal de Aviación para aumentar la seguridad aérea. Debido a su importancia en la historia de la aviación, este terreno sagrado es un Monumento Histórico Nacional. Ese lugar fue exactamente en la montaña que se ve más iluminado por el sol a la izda.







El último día y cuándo abandonábamos el Gran Cañón nos encontramos con este ciervo (corzo, alce o rebeco, que yo no entiendo), bueno eran una pareja que estaban en la orilla y se nos quedaron mirando tan tranquilamente que me quedé hipnotizada, con esos cuernos tan suaves cómo esponjas, con los ojos mirándome tan fijamente que me pareció la mejor de las despedidas de ese lugar tan mágico.

2 comentarios:

  1. Esta claro que las mejores fotos te las ofrece la naturaleza , pero vosotros sabeis captarlas.....impresionantes.

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