viernes, 24 de junio de 2011

De Windhoek a Etosha

El 24/06 antes de pasar a recoger el coche contratado en el día de ayer a muy buen precio (mejor que en otros sitios y por supuesto mejor que a través de internet), nos acercamos a la ofc. principal NWR para reservar lo del P.N Etosha y P.N. Namib Naukluft, que es imprescindible, y hay que hacerlo con tiempo. Comprobamos allí que tienen precios especiales para africanos, y mejores aún para namibios (cómo en España, vamos). Intentamos "negociarlo" pero no cuela. Los precios de los lodges son muy elevados y en principio es obligado el uso de las tiendas y del camping, claro.

Luego el coche. Nos explican sobre la marcha cómo se abren las tiendas, utensilios de cocina, nevera, etc. y un poco el manejo del coche, pues tiene 2 palancas con la reductora que sera necesario utilizar  sobre todo para el desierto.

Termiteros
Se conduce por la izda. y nada mas salir ya se nota que hay cambios a los que hay que ir acostumbrándose. Pasamos por el hotel a recoger el equipaje y con los planos que tenemos nos aclaramos bastante bien para salir de Windhoek. Llegamos a Okahandja dónde paramos para llenar el depósito de gasolina y ya aprovechamos para comer y dar una vuelta por el "pueblo" y mercado. Eramos los únicos turistas por allí y nos acribillaron con las ofertas. Hubo alguno a punto de caer con algún souvenir, pero al final prevaleció el sentido común.

Llegamos a Outjo con las últimas luces, sobre las 5 de la tarde, el tiempo justo para elegir 2 casitas pues nos costaba lo mismo que  una con 2 habitaciones para los 4. Cada casita tenía su habitación, aseo y baño separados y un salón. Después nos instalamos y aseamos pues el viaje había sido bastante largo para ser el primero del coche (303 km.) teniendo en cuenta que salimos tarde y paramos demasiado en Okahandja.

Nos prepararon una cena exquisita, de las carnes más sabrosas que comimos. Encima nos salió muy bien de precio para algunos ya que Ana Gloria cumplía años y se empeñó en invitarnos. Faltaron las velas, pero sí hubo postre y el "cumple feliz".

Rosana, que llevaba la maleta más pequeña, nos fue surtiendo todo el viaje de todos los útiles que íbamos necesitando, por ej. un Bloom (grande) que aplicábamos antes de irnos a cenar y a la vuelta todos los "cadáveres" estaban en el suelo.

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